LA LLAVE DE LA PUERTA VERDE

 

Ah, se me olvidó contarlo: La había perdido y la puerta estaba cerrada, por eso no podía salir de mi territorio hacia el sur, hacia la montaña desde dónde ver todo con un poco de distancia, y de ahí las vueltas.
Creo que en el fondo no quería ir más allá, por eso la llave permanecía escondida. Pero justo cuando lo tuve claro, en ese momento, la ví. Estaba colgada de un viejo clavo, en el marco de la puerta. Y aquí está.

EL MAPA...

He estado perdida entre viejos mapas, tratando de encontrar uno que me sirviera para diseñar el mío, pero claro, el problema es que no tenia muy claro cuál era el territorio por el que necesitaba viajar y así, cuando trataba de guiarme, nada de lo que había dibujado aparecía en la realidad. Hasta que decidí salirme del territorio, cruzar en mi barquita al otro lado del estrecho, subirme a la montaña y mirar. Entonces lo ví. 
Saqué mi portafolios y pude, por fín, dibujar mi mapa.
Al levantarme y mirar hacia lo alto de los árboles, me encontré con los ojos de una lechuza en actitud meditativa. Sonreí...estaba en el mejor sitio para poder pensar.

Mirando al pasado

"El presente encierra todo mi pasado, el futuro depende de ver con claridad la visión inmediata"

La frase no es mía, pero me ha llegado en el momento justo. He mirado al pasado por un momento, no para quedarme ahí, sino porque contiene una llave que necesito ahora. 
El Lince y el lobo me indican el camino. Uno va al frente, el otro me acompaña en la retaguardia.

Una imagen para cada día...

 

Este mes de marzo algunas de las imágenes que aparecían no tenían  aparentemente ningún significado, pero me llegaban y necesitaba dejarlas salir.