Ya de vuelta a La Abadía y mientras ordeno todo el material de mi pasado Viaje, al mirar las fotos que había hecho, un poco por jugar con la cámara hacia atrás para ver que salía, entre hojas, trozos de árbol y alguna nube...apareció este personaje...
-Aaah...pero yo te conozco y por fín te he pillado.
-Mmmmm...ahora entiendo.
El Diañu Burlón puede convertirse en cualquier cosa, adoptar la figura de cualquier animal, incluso de una persona, sobre todo el aspecto de de un niño y entre sus travesuras más comunes está la de ofrecer un caballo al caminante, que después de una galopada desenfrenada, lo devuelve al mismo sitio del que partió.
¡Pero te he visto!
En este próximo Viaje, podrás venir (de todos modos sé que vendrás), pero las reglas del juego cambian. Ahora dirijo yo.
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