sábado, 26 de mayo de 2012

El secreto más grande...

 El secreto más grande estaba en una cajita muy pequeña.
Pasé horas y horas deambulando entre los secretos, mirándolos uno a uno, incluso con una lupa que llevaba en mi mochila, una lupa que Loba no dejaba de oler y a la que Lucero daba de vez en cuando algún lametazo, obligándome a limpiarla para poder ver.
Pero nada. No encontraba mi secreto.
Hasta que de pronto un rayo de sol se posó sobre la cajita y la hizo brillar por un momento. El momento justo para que tuviera que ponerme las manos de visera y pudiera verla a pesar de ser muy pequeña.
Bueno, en realidad no era un secreto muyyy grandeee... No. Era un secreto pequeñito, pero de esos que cuando los conoces te ayudan a caminar porque son muy prácticos y te dicen claramente: "Por allí". Y de pronto no hay dudas y el pequeño secreto se convierte en un pequeño tesoro que ya no está escondido para mi. 
He cogido la cajita con cuidado y la he guardado con mimo en el bolsillo interno de mi viejo chaleco, cerca de mi corazón. Éste quiero llevarlo conmigo.
He tomado del ramal a Lucero y mientras Loba correteaba a mi lado hemos salido al camino de nuevo para adentrarnos en el bosque, hacia el norte. Hacia las altas montañas. Nos quedan muchos días para caminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario